POR DINERO
por Pablo Forlán
Y voy a comenzar,
entonces, por relatar una anécdota: cierta
ocasión un técnico argentino como José Poy -futbolista
del Sao Paulo entre 1953 y 1960, tío además de
Aldo Poy, aquel gran jugador de Rosario Central
de la década del 70-, nos dijo una gran verdad
en una de las tantas reuniones que practicaba
con sus futbolistas: "Muchachos, el premio que
no tendremos por haber perdido ayer domingo, ya
no vuelve más a nuestros bolsillos", dijo.
"Somos profesionales y este negocio -el fútbol-
es por dinero, le guste o no a quien quiera",
concluyó.
Todavía me acuerdo de sus palabras tan sinceras
y tan contundentes. Y es verdad: en el fútbol
profesional se juega por el dinero. Desde luego
que uno viste la camiseta de la selección
nacional, como yo lo hice ganando la Copa
América en 1967 y jugando los mundiales de
Inglaterra (1966) y Alemania (1974) se pone un
plus (físico, anímico, mental y hasta casi
amateur) porque todo jugador o todo deportista
nunca perdió de vista que la mayor ilusión es
vestir la celeste y obviamente ganar sea como
sea.
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